David Gus: "No es una competición, es una fiesta del teatro"

David Gus (Vigo, 1980) es titulado en Arte Dramático en las ramas de dirección y de dramaturgia. Actor, monologuista, director, dramaturgo y profesor de teatro, acaba de ganar el premio del IX Torneo de Dramaturgia, celebrado el pasado martes en el Auditorio Municipal Xosé Manuel Pazos Varela de Cangas. El texto premiado se titula “Superego te absolvo” y estuvo interpretado sobre el escenario por los actores Sergio Macías y Sergio Alfonso.
Con él hablamos apenas unas horas después de recibir este galardón:
¿Qué supone para ti ganar este Torneo?
Pues la verdad es que siempre es una alegría ganar un premio, y más cuando lo otorga el público, porque es un reconocimiento de saber que lo que haces gusta de alguna manera, y ese es para mí el verdadero premio, porque cuando se escribe, se actúa, se dirige, se crea, debe ser por y para el público. Pero muchas veces (en este caso fue así) no lo haces desde el punto de dar al público lo que espera, sino lo que no espera, y esto crea muchas dudas hasta ver la recepción. Sinceramente, no contaba con llevar el premio, y no lo digo por falsa modestia, (no tengo problema con esas cosas porque soy de los que cuando viajan tiene que pagar dos billetes, uno por mí y otro por mi ego ja,ja,ja), lo digo de verdad, porque aunque el texto me gustaba (sino no lo tendría escrito, claro) muchas veces, que le guste a uno, no significa que vaya a gustar a los demás. Y además, todo hay que decirlo, para mí hubo un premio añadido, que fue a poder compartir de nuevo, casi 20 años después, escenario con mi antigua compañera Marta Lado, que casualmente es la mejor actriz de teatro que tuve la suerte de ver en mi vida!
¿Podrías resumir de qué va el texto?
Lo voy a intentar... Lo cierto es que es difícil hasta para el autor hacer un resumen por la forma de escritura. Normalmente tengo dos maneras de escritura distintos, a veces tengo todo bastante claro, y escribo de forma lineal, haciendo modificaciones en el camino y correcciones posteriores, pero con una ideas de base claras. Pero otras (como en esta ocasión) hago una especie de rompecabezas y voy encajando las piezas, y esto genera una serie de capas y subcapas, que aunque al final conectan, hace difícil dar una definición. Sin querer ponerme pedante y moralista, en esencia es una reflexión filosófica sobre el bien y el mal aplicada a los tiempos actuales, pero que no pretende dar una conclusión, sino dejar abiertas puertas al espectador/lector, provocando la catarsis de la que hablaba Aristóteles (no, borra esto, dije que no quería pedantería jajaja... ¡No lo borres!). También toca el tema de la psicología a día de hoy, con una pequeña crítica detrás, pero donde se dispara hacia las dos partes. En cualquier caso, todo esto, siempre desde lo intento de sacar la sonrisa de la gente, con un humor que, sin gustarme mucho las etiquetas, podríamos definir cómo ácido, sarcástico, cínico, retranqueiro y, con todo el sentido peyorativo de la palabra, hasta podríamos decir que sádico.
¿Cómo valoras esta iniciativa?
Valorada en una palabra: ¡¡¡Maravilla!!! No es una competición, es una fiesta del teatro. No importa quién lleva el premio o no, porque ganar ganamos todos. Las obras de mis compañeras y compañeros fueron estupendas. Llevar el trofeo o no muchas veces es una cuestión de suerte y circunstancias: la posición de actuación que te toca, cómo esté el que vota ese día, si Acuario está ascendente de Tauro... Esther (Carrodeguas), Santi (Cortegoso) y Salva (Del Río) son anfritiones de diez. Todas las actrices y actores estuvieron espectaculares. Tengo que hacer especial mención a los dos Sergios que me tocaron (Macías y Alfonso), porque además de amigos, es un placer trabajar con ellos, y defendieron de una manera increíble un texto más complicado que su propio autor. En definitiva, no solo es que iniciativas como esta tengan que ser aplaudidas, sino que habría que reclamar más. Un punto de reunión de viejos conocidos, una ventana abierta para dar visibilidad a nuevas generaciones, un reto, una forma distinta de hacer y de ver teatro, un juego divertidísimo, porque no olvidemos que en esencia eso es el teatro, jugar, con todo lo bueno que implica esta palabra. En el momento en que dejemos de divertir y divertirnos, todo carece de sentido. En cuanto me llegó la propuesta de participar este año, no lo dudé un segundo, tenía un problema con esas fechas, pero retorcí mi universo para despejarlas y poder decir que sí. Agradecimiento también a la Editorial Positivas por las publicaciones de los libros en todas las ediciones de estos torneos. Y ya voy parando, que cuando me dejan doy mucho a murga, y enseguida pasa uno de que lo llamen dramaturgo, a que lo llamen dramamurgo. Muchas gracias y ¡no os olvidéis nunca de sonreír!